mayo 26, 2012

Viaje


El cuerpo no existe,  ilusión traspasada de carne que habilitó nuestro encuentro.
El cuerpo no importa, no es. Espejismo curado de miedos infundados y prejuicios ignorantes que esperabas confirmar y temía confirmar, dispersados con la risa. El tiempo se nos vino, tierno. Y ese enorme  pasado de espera, amontonado y entero, se disipó en mí, en vos, arraigándonos, incrédulos, hoy.  Haciéndonos olvidar los imposibles en este fragmento de espacio tiempo nuestro, de nadie, secreto. Desde ayer hasta el instante, desde el presente, a ningún lado. A ningún lado.

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